Lavanda (o espliego) es originaria de la zona mediterránea y proviene del latín lavare, lavar. Es una planta que “lavaba” y una favorita de los antiguos romanos en termas, balnearios, hogares, etc. es el aceite más versátil de las esencias terapéuticas. Tiene un aroma dulce y floral herbáceo con una nota baja balsámica amaderada. Combina bien con los aceites cítricos y florales.
Las propiedades de su aceite son innumerables pero por citar algunas diremos que es analgésico, antidepresivo, antiséptico, antiespasmódico, cicatrizante, hipotensor, sedante, vermífugo, etc.
Su esencia es muy empleada en perfumería, su aceite es incoloro y tiene un sabor amargo pero suave. Mezcla bien con gran número de esencias y está considerada como la esencia más útil y versátil para fines terapéuticos.
El doctor Valnet utilizó lavanda para tratar quemaduras graves y heridas de guerra mientras era cirujano del ejército francés. Es antiséptica, analgésica y cicatrizante y Valnet recomendó su empleo en heridas gangrenosas y fístulas anales; es ideal para tratar las quemaduras y todo tipo de lesiones. Promueve una rápida regeneración de la piel y ayuda a prevenir cicatrices y aunque no es realmente un antiinflamatorio su empleo es interesante además en dermatitis, eczemas, psoriasis, forúnculos y contra determinados parásitos de la piel (piojos, sarna). Ha resultado eficaz en algunos casos de alopecia circunscrita asociada a problemas nerviosos.
Actúa eficazmente en el dolor muscular, cualquiera que sea su causa. Se puede emplear en forma de aceite de masaje solo o mezclado con otros aceites antiinflamatorios y analgésicos, (su aceite estimula las propiedades de los otros aceites). Puede emplearse para aliviar los dolores del reúma, ciática, artritis, etc., por la acción múltiple de este aceite que reduce el dolor localmente, aminora la reacción del sistema nervioso central ante el dolor, reduce la inflamación y tonifica el sistema en general.
Su aceite es también antibiótico y antiespasmódico, lo que es ideal para los refriados, asma, bronquitis, tos, catarro, sinusitis, así como la gripe, siendo la inhalación de vapores la forma más efectiva de tratamiento en estos casos. Su aceite mezclado con el agua hirviendo es un antiviral efectivo, descongestiona y ataca las bacterias que causan los catarros y sinusitis. El vapor de aceite de espliego destruye los neumococos y el estreptococo hemolítico.
Produce hipotensión arterial. Es muy útil para los niños pequeños, especialmente en el tratamiento del cólico, excitación nerviosa, irritabilidad y debilidad general. Es un remedio muy eficaz para las picaduras de todo tipo de insectos, basta con frotar con aceite en el mismo sitio de la picadura.
Actúa como carminativo en problemas estomacales asociados con problemas nerviosos o emocionales, aumentando la secreción gástrica y la motilidad intestinal. Sus propiedades antisépticas son buenas para combatir la halitosis.
Es un remedio excelente para la insolación, pero nunca se debe utilizar como filtro solar, de hecho ningún aceite debe utilizarse para ello.
En el plano psicológico y dada su naturaleza equilibradora, es de gran ayuda a quienes se encuentran en un estado emocional desequilibrado. El masaje a ambos lados de la columna con este aceite puede ayudar en tales situaciones. Un baño de espliego es refrescante y relajante. Calienta el corazón, estabiliza las emociones y es óptimo para aliviar la fatiga física y nerviosa ayudando a conciliar el sueño. El insomnio es uno de los estados para los que la lavanda es la elección principal entre los aceites esenciales, tanto si se debe por causas físicas o al estrés mental, ansiedad, etc. y aunque el baño antes de ir a la cama sea la mejor elección unas gotas en un pañuelo o sobre la almohada pueden ayudar a dormir.
Es un aceite muy útil en muchas facetas y potenciará su acción como se dijo, mezclado con otros aceites más específicos para el problema que deseemos tratar. No olvidemos que estamos hablando de aceites esenciales, algunos de ellos tóxicos y que hay que ser muy prudentes a la hora de su utilización; unas pocas gotas en el agua, en el aceite portador o en la crema deben bastar, aunque lo mejor antes de utilizarlo es preguntar a un profesional del ramo.
Empleo seguro de los aceites esenciales:
-La automedicación es imprudente ya que ciertos aceites esenciales tienen contraindicaciones para las embarazadas, personas alérgicas o con problemas crónicos, como hipertensión o epilepsia y en el caso particular de bebes, niños y ancianos se utilizan en menor proporción y no todos son recomendados. El uso interno de los aceites esenciales debe ser controlado por facultativo médico especializado en aromaterapia.
-Mantenerlos fuera del alcance de los niños y no utilizarlos con bebés de menos de seis semanas de vida.
-Siempre que sea posible hay que comprarlos orgánicos y 100% puros; deben embotellarse en cristal oscuro y guardarse en un lugar seguro.
María José Rodríguez Pujante. Profesora de yoga