«No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación». Aldous Huxley
Esta frase me viene genial para expresar mi más profunda repulsa a todos esos personajes que utilizando esa desesperación, se dedican a impartir cursos de todo tipo que ellos tildan en englobar dentro de la espiritualidad, y que se escudan bajo diferentes nombres. Se llaman así mismos «Maestros», no importa de qué, pero son «Maestros» y algunos incluso con «Maestría». Son capaces de utilizar la energía del universo, de este o de cualquier otro, y transportarla a nuestro interior para poder sanar nuestro cuerpo, emociones o espíritu, da igual, porque están «licenciados» para ello.
A muchos se les puede identificar por la calle, bien por sus ropajes, barbas o forma de vivir. A otros no, se mueven entre nosotros como cualquier ciudadano de a pie. Eso si, cuando te ven sea donde sea, te pasan el brazo sobre el hombro y con un tono paternalista y con voz muy estudiada, te dicen eso de: «Te veo tenso, algo te pasa. Anda cuéntamelo». Y claro, como estés desesperado has caído. Porque de seguro que algo te vende, aunque sea un consejo tipo saldo que ni ellos son capaces de aplicarse así mismos.
Debido a mi trabajo he conocido a muchos de ellos. «Maestros» que van organizando cursos tipo «terapia» y que su vida personal deja bastante que desear; o que están tan ciegos a lo que realmente ocurre a su alrededor que si les dices la verdad, resulta que «es que estás muy resentido, eres muy negativo, o tienes que soltar lastre». Si les replicas, «estás proyectando» y si continúas con tu argumento demostrándoles que no te convencen tan fácilmente, utilizarán cualquier palabra del argot psicológico que tan estudiado tienen.Porque estudiar psicología no la habrán estudiado, pero su vocabulario sí. Al final «No estás preparado para recibir sus conocimientos», y si eres de esos desesperados a los que se refería Huxley, te hunden en la más profunda de las miserias, y al final terminarás en manos de uno de ellos.
Estos «Maestros» que van aconsejando a los demás «soltar lastre», «fluir», «cerrar capítulos» y demás, habría que decirles que dejen de vivir en ese universo paralelo en el que están, que de espirituales no tienen nada, que dejen de manejar cursos en lo que todo lo que se mueve es dinero «en negro», que vivir en los Mundos de Yupi, está muy bien para los niños, pero cuando se lleva un negocio serio, uno no puede ir con el «ja, ja, ja..» todo el día y rehuyendo los problemas metiendo la cabeza bajo tierra. Que a las facturas hay que hacerles frente y que el banco no tiene nada de espiritual. Que no se es muy espiritual ni avanzado, cuando uno hace las cosas de espaldas a los demás, de forma hipócrita o mintiendo y poniendo cara de iluminado cuando necesitan convencerte para que asistas a sus cursos, eso no tiene mucho de MAESTRO, pero sí de pícaros, además solo tenemos que recordar que en épocas de crisis económicas y de valores es cuando más afluyen los dictadores y embaucadores.
Afortunadamente, he encontrado grandes MAESTROS en mi camino, pero no de la categoría a los que dedico este artículo, y que como suelen decir….»El universo es como un eco, lo que envías recibes», pues que estén atentos, no sea que por tanto «cuidar» a los demás se descuiden ellos y ese universo les coja desprevenidos.
María José Rodríguez Pujante. Profesora de yoga y con los pies en la tierra.
Un poco de todo 