Con unas copas de más….

Así es como estoy ahora mismo, a las 23,06 minutos de miércoles 16 de Diciembre de 2020…y no veáis las de correcciones que está haciendo el corrector ( nunca mejor dicho) porque una no está acostumbrada a beber…pero como que me da igual…muchas cosas me dan igual…y como dijo mi buen amigo Antonio Salmerón en su momento allá por Septiembre cuando iniciamos el nuevo curso de yoga “hay que ver lo bien que te ha venido a tí esto del coronavirus”…..

Y sí, me vino genial….pero para poner punto y final a muchísimas cosas…a muchísimas….

30 años, que se dice pronto, dando clases de yoga. Reorriéndome la geografía murciana dando clases…a las 16h. en Sucina y a las 17.30 en Puente Tocinos a las 19 en el centro de la mujer de Aljucer y a las 20.30 en Alcantarilla y al día siguiente en otras tantas localidades, un día tras otro…un año y otro año y otro año…

Con grupos a veces de más de 25 alumnos, cada uno con su patología y adecuando las clases para cada problemática y que todos pudieran hacer yoga….

Llegó un momento, cuando casi pagué la hipoteca que dije de parar un poquito y estabilizarme en un solo lugar…y volví abrir un centro solo mío. Con el tiempo compatibilicé las clases con una tienda de manualidades, otra de mis pasiones, y la culpable de meterme en ese mundo fue Paqui Terol…quién me iba a decir, que eso me daría otra opción años después…pero así ha sido.

En estos últimos años, y como siempre, dí lo mejor de mí. Y vamos a dejarnos de tonterías..cuando damos lo mejor de nosotras es porque esperamos lo mejor a cambio. No damos medias tintas y esperamos nada, no..lo damos todo, esperando todo.

Todos, todos mis alumnos a lo largo de todos estos años, llegaban diciendo “haz algo para las lumbares que hoy me molestan” y la clase de ese día era especial lumbares…o igual no, pero a ella le hacía hacer unas posturas especiales, solo para ella…y nadie podrá decir nunca lo contrario.

He tenido fama de tener un carácter “raro y fuerte” por decirlo de forma amable, pero me cabe la satisfacción de decir que también han dicho, que he sido la mejor profesora de yoga que han tenido. Y sé que lo he sido.

Porque en mis clases he estado por ellos y para ellos. Para que se fueran mejor de lo que entraban. Porque he detenido patologías crónicas o he relentizado su avance, aunque sería mejor decir que he dado pautas para que mis alumnos pusieran en práctica lo que les enseñaba.

No me tumbaba  o los tumbaba y eah, venga…tumbaros veinte minutos y respirar lento para relajaros. No. Desde el primer momento los ponía a trabajar. A sentirse, a percibirse, a respirarse.

Y sé que lo he hecho bien. Me  quedo con esa certeza.

Y como buena observadora y estudiante de escuelas de crecimiento, supe ver lo que se avecinaba con esta pandemia.

Así que no me agarré a lo que ya no se podía sostener, «Lo que es para tí, lo es aunque te apartes y lo que no lo es, no lo será ni aunque te pongas». Y ante el miedo selectivo de ciertos alumnos de no acudir a las clases y viendo que económicamente era imposible de sostener, decidí cerrar el espacio físico. Y digo miedo selectivo, porque desde que dieron de nuevo permiso para acudir a las clases, dimos espacio para ellas. Con mascarilla, distanciamiento, medidas higiénica adecuadas…pero a clases no…a otras actividades (no diré cuáles) sí…..

De forma que después de pensarlo, no mucho, dije: “Hasta aquí”. Me traje mi otro trabajo, el de las manualidades a casa, a trabajarlo online, he creado nuevos caminos, me he reinventado, me seguiré reinventando y aquí estoy. Con incertidumbres, pero no con miedos.

La gente cobarde es la que paraliza el mundo. La gente cobarde es la que logra que nada avance, ni crezca, ni evolucione. La gente cobarde es la que más exige y la que menos da, la que antes desaparece cuando la necesitamos…Y de esa está el mundo lleno.

Ahora tengo que oir por mediación de otros “que igual es que me ha tocado algo por ahí, porque nadie deja un negocio porque sí”…..hay que ser miserable, muy miserable.

A este tipo de personas les haría ser autónomos. Un autónomo no cierra un negocio porque le haya tocado la lotería…mucho le tiene que tocar para hacerlo. Lo cierra porque no puede mantenerlo. Que bien que quedas diciendo “cuando todo esto pase me apuntaré otra vez”…qué bien hija, que bien…pero mientras ¿quién paga el alquiler, el autónomo, el iva, la luz, el agua, la basura, el asesor, el internet….del local?….¿te piensas que vamos a estar ahí para cuándo tú decidas volver? ¿Y que luego volvamos a ocuparnos de tu rodilla o de tu espalda porque te duele cuando te ha importado una mierda lo que hemos tenido que hacer o a lo que hemos tenido que renunciar un mes y otro y otro, para sobrevivir?

Me siento bien, muy bien. Ahora es a mí a quién no le duele la espalda porque no carga sobre ellas el cómo voy a pagar esta o la otra factura. O como voy hacer frente a los gastos del mes que viene.

Puedo acudir a cenar con algunos amigos a las ocho de la tarde de cualquier día. Puedo ocuparme de mis nietos un fin de semana porque no tengo que hacer ningún encargo de manualidades (ahora lo hago entre semana). Puedo salir a desayunar cualquier día con la persona que me plazca. Puedo ir a comprar sin ninguna prisa…puedo tocarme las narices si lo deseo, porque es mi elección y sin tocarme la lotería. Porque he disminuido tanto mis facturas, que por poco que venda con la tienda online, ya gano….

El yoga me ha dado mucho, muchísimo. Y jamás podré devolverle todo lo que me ha dado a nivel personal. Pero a nivel profesora he dado más de lo que he recibido. Así, que como ya me da igual bien por la edad, o por el coronavirus o por mi psicólogo, me quedo con los alumnos que han estado conmigo hasta el mes pasado en que decidí cerrar. A ellos les entrego mis buenos deseos, mi agradecimiento y cariño más profundo. Jamás les podré devolver lo que me dieron en esta época tan difícil que hemos elegido vivir.

Pero ahora me toca a mí…¿Qué quiere María José?..¿qué necesita María José?…¿con qué disfruta María José? Voy a cuidarme del mismo modo que os cuidé a vosotros. Y a vosotros, solo a vosotros, los que estuvisteis ahí hasta el pasado mes, os volveré a convocar algún día que otro para una de esas clases de estiramientos que tanto os gustaba y me demandabais. Ya os diré cuándo, dónde y cómo…..

Muchas gracias por este momento…muchas gracias por este pedazo de detalle…

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