Hay unas trescientas especies de eucalipto, pero el utilizado en aromaterapia se obtiene por destilación del “árbol de la goma”, eucaliptus globulus, aunque hay otras 15 especies de las que se pueden obtener aceites muy válidos.
El eucalipto es uno de los árboles más grandes del mundo, el Eucalyputs amygdalin llega a alcanzar a veces una altura de 145m y pueden superar a las Secoyas de California. Todas las especies son originarias de Australia. El nombre latino proviene del griego eukalytos, que significa bien cubierto, debido a que los botones de sus flores están cubiertos de una especie de tapa que se cae al abrirse la flor. Los aborígenes australianos lo denominaban “Kino” y envolvían con sus hojas las heridas graves. De hojas duras, su tendencia a crecer en comarcas azotadas por la malaria contribuye a desecar la tierra y lograr un ambiente más sano. Fue introducido en Europa en el siglo XIX como especie ornamental, pero ha desarrollado ciertas características que no aparecen en su tierra nativa, segrega sustancias químicas que envenenan el suelo de alrededor, inhibiendo el crecimiento de otras plantas.
Es incoloro, de olor fresco y medicinal. Es un aceite enérgico y potente que se debe emplear con precaución. Las personas que padezcan hipertensión o epilepsia deberían evitarlo. Combina bien con los aceites de cedro, pino, lavanda, limón y mejorana. Entre sus muchas propiedades podemos citar las: analgésicas, antisépticas, antiespasmódicas, antiviral, bactericida, balsámico, cicatrizante, descongestivo, desodorante, diurético, expectorante, febrífugo, hipoglucémico, estimulante, vermífugo y antirreumático.
Su cualidad más sobresaliente quizás sea su efecto sobre todo tipo de fiebres, ya que ejerce un acusado efecto refrescante sobre el organismo y por su potente acción bactericida y antiviral, produciendo una reducción efectiva de la temperatura e inhibe la proliferación del virus del resfriado. Si se utiliza en vaporizadores durante las epidemias, proporcionará una buena protección contra la gripe y las enfermedades infecciosas. Universalmente es conocido como descongestionante en resfriados y catarros. Para la gripe y catarros su efecto se ve potenciado si lo mezclamos con el aceite de tomillo, pino y de lavanda. Como ayuda en las fiebres producidas por el sarampión se puede aplicar eucalipto diluido sobre la piel de la persona a intervalos regulares, y rodear su cama con una gasa que puede humedecerse con una solución de eucalipto.
Las infecciones del tracto urinario también responden bien al eucalipto; produce un aumento de la excreción de la urea. Es valioso en cistitis, la nefritis aguda, leucorrea y la gonorrea.
Tiene propiedades regenerativas y es útil en las quemaduras, ayudando a la formación de nuevos tejidos mientras se recupera la quemadura. Util en las erupciones de la piel. Se combina con bergamota para tratar las llagas causadas por el herpes simplex y el zona. Incluso cuando las ampollas han desaparecido es conveniente seguir utilizando algún elemento que contenga eucalipto/bergamota.
Se puede utilizar como aceite de masaje para los dolores por reumatismo, musculares y fibrositis. Está especialmente indicado en casos de sepsis, toxemia, cefalalgia congestiva, agotamiento e incapacidad para concentrarse. Posee un ligero efecto estrogénico pero menos pronunciado que el del hinojo o la salvia.
En el plano psicológico tiene un efecto sedante sobre las emociones, despeja la cabeza y favorece la concentración, ayudando a seleccionar la información que realmente necesitamos; ayuda a discernir los detalles. Ayuda a planificar, aclarar e integrar.
Empleo seguro de los aceites esenciales:
-La automedicación es imprudente ya que ciertos aceites esenciales tienen contraindicaciones para las embarazadas, personas alérgicas o con problemas crónicos, como hipertensión o epilepsia y en el caso particular de bebes, niños y ancianos se utilizan en menor proporción y no todos son recomendados. El uso interno de los aceites esenciales debe ser controlado por facultativo médico especializado en aromaterapia.
-Mantenerlos fuera del alcance de los niños y no utilizarlos con bebés de menos de seis semanas de vida.
-Siempre que sea posible hay que comprarlos orgánicos y 100% puros; deben embotellarse en cristal oscuro y guardarse en un lugar seguro.
María José Rodríguez Pujante. Profesora de yoga