YOGA, con mayúsculas…..

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Hay muchos tipos y formas de yoga, ya lo sabemos, y más que saldrán para ir conformando a todos aquellos que piensan que todo puede innovarse. Y no digo que no sea así, hay ciertas cosas que se tienen que ir adaptando a los tiempos, pero no por innovar hay que perder la esencia ni la perspectiva. Siempre he dicho que YOGA, así con mayúsculas solo hay uno, por muy diferentes nombres que se le pongan dependiendo del Maestro o Gurú, porque la meta es la misma pero por diferentes caminos.
Pero hoy no quiero hablar de los diferentes tipos de Yoga, sino de la forma que tenemos en general, de hacer yoga.
Porque puedo realizar Yoga con mayúsculas, y yoga así, con minúsculas. ¿Cuál es la diferencia?….
Tengo diferentes grupos de yoga y cada uno de ellos mueve energías distintas, y a pesar de que las clases para uno y otro grupo son las mismas no todos reciben lo mismo, porque aquello “de que lo semejante se atrae y de que cada uno obtiene lo que viene buscando”, es una verdad que aquí como en otras cosas se hace muy patente.
Aquí como en cualquier otra actividad grupal, existe el alumno conflictivo, el protestón, el revotado, el listillo, el introvertido, el extrovertido, el conciliador….La magia ocurre cuando en la práctica, cada uno deja de ser una unidad y se transforman en grupo, es ahí donde la energía se tansforma y se comienza a trabajar en vertical y no en horizontal, que es donde nos movemos práctica y asiduamente. Es trabajando en grupo cuando el profesor percibe como se van produciendo los cambios, pero lo mejor es cuando el propio alumn@ lo percibe y comienza a «sentirse y vivirse».
Crear grupos dentro de un grupo u horario de yoga, es nocivo, tanto para el profes@r como para el propio alumn@. La energía se estanca, no crece, y la práctica se vuelve espesa, ya no es Yoga, es simplemente yoga. Y si el grupo no crece, el profes@r tampoco lo hace, y la enseñanza se vuelve difícil, pierde el atractivo y no se puede transmitir más allá de lo que la masa desea.

 

Hacer Yoga con mayúsculas es venir tranquilo, olvidarse del móvil una vez se entra en el Centro. Cambiar el tono de voz, cambiar la actitud.

 

Hacer Yoga con mayúsculas es ser capaz de cambiar mi lugar en el salón para realizar la clase; ser capaz de ver “las cosas” con perspectiva diferente. El decir que si cambio de sitio en el lugar donde realizo mis sesiones de yoga, no me centro o no me sale bien el yoga, dice poco de lo que voy consiguiendo en mi práctica.

 

Hacer Yoga con mayúsculas es venir abierto a lo que el profes@r ofrece y transmite, y no venir con “mis exigencias”. Si no me gustan los ejercicios respiratorios o Pranayama, o si no me gusta la meditación, mejor me olvido del Yoga y salgo a caminar.

 

Hacer Yoga con mayúsculas no es salir de la sesión, llegar al vestuario y entablar conversaciones como si estuviera en un bar, a voz en grito. Es salir percertiv@, observando, sintiendo y disfrutando de lo que he conseguido con mi práctica y poder llevarla conmigo en mi vida durante los siguientes días.

 

Hacer Yoga con mayúsculas es un camino, una actitud, una disciplina, un estar abierto a todo, sino es así mejor buscar un gimnasio donde practiquen yoga en lugar de un Centro especializado en Yoga.

 

Hacer Yoga con mayúsculas implica mucho más que dos o tres sesiones semanales en las que no voy consiguiendo ni mejorar la postura por mucho que el profesor@ me insista, porque estoy bien como estoy, es intentar bucear un poco más en actividades relacionadas con el Yoga, asistir a talleres, encuentros, actividades de otros profesores, acudir al encuentro de un Gurú cuando se nos pueda presentar la oportunidad….es Crecer.

 

María José Rodríguez Pujante. Profesora de yoga

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