BENEFICIOS DEL TAI-CHI

El taichi es uno de los regalos más importantes que China ha hecho a la humanidad. Antiguamente se aprendía para defenderse, pero hoy en día sirve para mantenerse en forma, mejorar la salud y curar ciertas enfermedades. Al ser un ejercicio lento resulta beneficioso tanto para hombres como para mujeres cualquiera que sea su edad. En muchos hospitales y sanatorios chinos lo aplican como medio suplementario para algunos pacientes enseñándoles sus ejercicios para ayudar a curar su enfermedad o acelerar su recuperación.

Según la filosofía del taichi enfermamos porque hemos perdido la armonía y el equilibrio con la naturaleza y el universo, llevándonos a estados de ansiedad permanente que desembocan en todo tipo de enfermedades. El taichi nos ayuda a reencontrar esa armonía recuperando la totalidad del ser en una condición de equilibrio dinámico, tanto física como psicológicamente. El taichidesarrolla la armonía gestual y agilidad corporal, aligera el paso y da una vitalidad que irradia del cuerpo y el espíritu.  Proporciona seguridad y autoestima, regula la circulación sanguínea, fortalece músculos, articulaciones y desarrolla los reflejos.   La FORMA, sucesión de lentos movimientos circulares y encadenados de forma continua y flexible es la base del Taichi,  y en ella, se sintetizan las enseñanzas que se van adquiriendo. En su ejecución se implica todo el cuerpo (tendones, ligamentos, huesos y órganos)

Son muchos  los estudios científicos que se han hecho hoy en día sobre los efectos beneficiosos de una práctica regular y prolongada del taichi en enfermedades cardíacas, úlceras gástricas, tensión alta, reuma, artritis, etc. Estas investigaciones han descubierto que su práctica resulta beneficiosa para el sistema nervioso, ya que el elevado grado de atención mental que exige su práctica, fortalece el sistema nervioso central, estimulando la corteza cerebral. Al ser secuencias, formas, de movimiento que se repiten una y otra vez variando su orden, ayudan a mantener activa la parte del cerebro que se encarga de la memoria. Estos ejercicios también ayudan a trabajar la coordinación, el equilibrio y la concentración, dando seguridad a la hora de caminar o de realizar cualquier otra actividad.

Al ser una disciplina interna, pone énfasis en la relajación, la suavidad y la paz interior, produciendo una sensación de bienestar que nos ayuda a estar más centrados en nuestras actividades diurnas y mejorar nuestro descanso. Se le ha llamado “la poesía en movimiento”, por la suavidad, ligereza, lentitud y flexibilidad con la que se realizan sus movimientos.

Cualquier persona puede beneficiarse de la práctica del taichi, pero en especial aquellos que bien por una enfermedad o por la edad se ven limitados en cualquiera de sus facultades, pero no olvidemos que el taichi no es un deporte por lo que no debemos tomarlo como tal, si no una disciplina que nos enseñará a ser respetuosos, primero con nosotros mismos y nuestras necesidades y por reflejo con los demás, por lo que si queremos sentir sus resultados  el “ahora lo dejo, ahora lo retomo”,  no nos ayudará mucho, es una práctica que ha de realizarse con asiduidad, seriedad y respeto.

María josé Rodríguez Pujante, profesora de yoga e instructora de taichí

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